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Estrategias recomendadas para alianzas eficaces
El desarrollo sostenible se basa en la protección del medio ambiente natural, tanto como el sistema funcional de sustento de la vida que proporciona bienes y servicios ambientales, como para la preservación de sus especies, hábitats y ecosistemas complejos. La región binacional México-Estados Unidos es un sistema socioecológico complejo (SSE) conformado por múltiples procesos globales, regionales y locales que están entrelazados con la dinámica humana y de los ecosistemas. La región enfrenta muchos desafíos continuos para la sostenibilidad de sus recursos naturales y los medios de vida de sus residentes. Estos se ven exacerbados por el cambio climático global, el aumento de la urbanización e industrialización y el rápido crecimiento de la población, así como las diferencias políticas y las tensiones diplomáticas que reflejan las agendas políticas nacionales (ver Apéndice D). Hacer frente a estos desafíos y preservar la riqueza cultural del área, su economía vibrante y su ecología compleja requerirá fortalecer las alianzas estratégicas existentes, y construir nuevas, que involucren a una amplia gama de partes interesadas en ambos países. La falta de datos empíricos integrales sobre las alianzas para la sostenibilidad en la región fronteriza entre Estados Unidos y México hace que sea difícil obtener una imagen completa del número, tipo, calidad, longevidad y eficacia de las alianzas binacionales de sostenibilidad de la región. Sin embargo, los datos que existen y las historias compartidas en el seminario web de las partes interesadas muestran de manera abrumadora que las estrategias de alianza efectivas y el uso de índices ampliamente aceptados (Stibbe et al., 2019) que apoyan el desarrollo sostenible pueden mejorar el bienestar de los residentes de la región.
El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 17 de las Naciones Unidas y el Acelerador de alianzas de la Agenda 2030 refuerzan la importancia de las alianzas multisectoriales e innovadoras de múltiples partes interesadas para promover “una mejor comprensión de las relaciones entre los participantes de diferentes sectores.”1 Como se mencionó en el Capítulo 2, las alianzas efectivas implican el desarrollo y la aplicación de conocimientos e información, servicios, habilidades y recursos financieros. Las alianzas efectivas también requieren una comprensión de los procesos organizacionales, incluidos los valores culturales y organizacionales, así como de los resultados esperados. Una revisión de la comprensión actual de la eficacia de las alianzas muestra que el desarrollo de una visión compartida, la toma de decisiones iterativa y participativa y la coproducción de conocimientos son fundamentales para la creación de valor colectivo y para la implementación de estrategias de desarrollo sostenible. Las discusiones del seminario web cubiertas en el Capítulo 3 subrayan la importancia de adoptar procedimientos adaptativos, fomentar la inclusión, mejorar la confianza y priorizar la sensibilidad al contexto para mejorar la colaboración institucional en entornos transfronterizos.
EL ENFOQUE DE SISTEMAS SOCIOECOLÓGICOS
Las alianzas transfronterizas de múltiples sectores interesados que persiguen el desarrollo sostenible se enfrentan a objetivos sociales y ambientales muy complejos y, a menudo, conflictivos, que buscan equilibrar los medios de vida, la seguridad de los recursos y del medio ambiente, la conservación de la biodiversidad y la degradación de la tierra, en el contexto de los mercados mundiales y el cambio climático. Al considerar las alianzas transfronterizas para la sostenibilidad a través de un enfoque de sistemas, se pone el mismo énfasis en la dinámica social y ecológica de la región fronteriza y se proporciona información sobre cómo comprender la importante retroalimentación que cada componente proporciona a otros en el sistema.
Hay tres razones fundamentales por las que las alianzas eficaces deben adoptar un enfoque de sistemas. En primer lugar, abordar problemas complejos a menudo requiere un cambio de sistema transformador con una gobernanza novedosa (Stibbe et al., 2018) y una comunicación abierta. Las alianzas son procesos evolutivos y adaptativos y no productos finales fijos (Stibbe et al., 2019, pág. 19); la capacidad de adaptarse a tales cambios sin dejar de brindar servicios es una medida de la resiliencia del SSE. Las partes interesadas en la región transfronteriza México-Estados Unidos son muy diversas y representan diferentes intereses civiles y gubernamentales, disciplinas científicas y bases de conocimiento, así como perspectivas políticas
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1 Ver: https://sustainabledevelopment.un.org/PartnershipAccelerator.
y culturales. Es posible que hablen diferentes idiomas y se acerquen a las alianzas de formas diferentes y únicas. Los socios en el contexto binacional rinden cuentas de manera diferente a las partes interesadas locales, regionales y nacionales, un hecho que introduce complejidades adicionales en las estrategias de alianza. Además, las relaciones y la comunicación entre el sector público y privado, y entre las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, tanto dentro como entre países, pueden ser tensas. Como se señaló en el capítulo 3, varias partes interesadas subrayaron la importancia de contar con canales de comunicación e información claros y abiertos para establecer relaciones e institucionalizar los aportes entre socios transfronterizos. Como se señaló en la discusión del comité sobre el sector minero, algunas industrias de la región fronteriza comparten relativamente poca información con otros actores sobre el uso que hacen de los recursos, incluso cuando los recursos son de importancia mutua para varias partes interesadas, como el agua.
En segundo lugar, responder a choques impredecibles o estresores extremos, incluidas las enfermedades infecciosas emergentes como la COVID-19, requiere la mitigación de riesgos múltiples, a menudo imprevistos (Di Marco et al., 2020). Mantener y mejorar los servicios de los ecosistemas para apoyar el bienestar social y el desarrollo económico equitativo es esencial para el desarrollo sostenible de los SSE. Una alianza eficaz entre los Estados Unidos y México en la región fronteriza debe centrarse en fortalecer la adaptabilidad, un rasgo clave de los SSE, para que los actores puedan sostener la alianza al tiempo que responden a las condiciones cambiantes. El Capítulo 3 discutió la importancia de aprovechar los métodos de comunicación formales e informales para fortalecer y mantener alianzas sostenibles; cuando la pandemia eliminó las reuniones en persona y restringió la distribución de la cadena de suministro transfronteriza, los médicos locales y las partes interesadas confiaron en las redes informales y en la comunicación virtual para interactuar con los pacientes y recibir y enviar información escencial sobre protocolos. Una respuesta colectiva binacional como esta puede reforzar la viabilidad de la alianza y mitigar los efectos adversos de perturbaciones externas impredecibles.
En tercer lugar, debido a que las ODS están interrelacionados y son interdependientes, adoptar un enfoque de SSE puede generar sinergias entre sectores y actores en los niveles más altos del gobierno nacional y conducir a planes de desarrollo sostenible integrados apoyados por el liderazgo político (Stafford-Smith et al. 2017). Las alianzas destinadas a lograr la seguridad alimentaria, energética e hídrica, la conservación de la biodiversidad y la mitigación del cambio climático como pilares clave del desarrollo sostenible son medios social y políticamente aceptables para lograr un desarrollo sostenible que esté en consonancia con los objetivos complejos de los SSE (Di Marco et al., 2020; Fu et al., 2020; Stafford Smith et al.,
2017). Los participantes del seminario web coincidieron en que, aunque el proceso puede ser complejo y desafiante, involucrar a las agencias del gobierno federal en alianzas para la sostenibilidad es a menudo un paso necesario para obtener un apoyo generalizado y sostenido y lograr un cambio positivo (ver el Capítulo 3).
En un SSE, gestionar juntos los desafíos interdependientes y cerrar las brechas de colaboración para que los problemas de sostenibilidad se aborden de manera conjunta puede reducir los compromisos emergentes, a menudo no detectados y, por lo tanto, no contabilizados (Bergston et al., 2019). El taller de 2018 sobre avanzar la sostenibilidad de las tierras áridas transfronterizas de EE. UU.-México (NASEM, 2018) destacó la planta de tratamiento de agua Los Alisos en Sonoyta, Sonora, México como un ejemplo de colaboración binacional exitosa en la que Estados Unidos y México abordaron desafíos compartidos aprovechando sus respectivos recursos. Después, a través de un análisis exhaustivo de las condiciones del agua de la región, la dirección del caudal y las necesidades de bombeo y energía, el “North American Development Bank”, la “U.S. Environmental Protection Agency” y el gobierno mexicano desarrollaron un plan para instalar paneles solares en la planta mexicana. La planta de tratamiento de aguas residuales Los Alisos es la primera en América Latina que funciona exclusivamente con energía solar.
ESTRATEGIAS RECOMENDADAS PARA FORMAR Y MANTENER ALIANZAS BINACIONALES DE SOSTENIBILIDAD EXITOSAS
La colaboración funcional enfatiza la complementariedad entre los socios y el reconocimiento de los beneficios de la acción coordinada. Esto es cierto para cualquier colaboración transdisciplinaria o transcultural (transnacional) (Klein, 1996; Pohl, 2005). Si bien no toda alianza eficaz de múltiples partes interesadas en la región fronteriza México-Estados Unidos requerirá la representación completa de todos los grupos de interés que trabajan en la frontera y en toda la región (p. ej., organizaciones gubernamentales, no gubernamentales y sin fines de lucro, comunidades académicas y comerciales, la sociedad civil y comunidades indígenas), ellos pueden beneficiarse de la aplicación de las siguientes estrategias.
Estrategia 1: Identificar los problemas críticos que abordará la alianza
Es importante que las partes interesadas tengan un entendimiento claro y mutuo de los objetivos explícitos de una alianza. Desarrollar esta comprensión implica identificar una audiencia blanco y una zona de influencia para las actividades de la alianza, al tiempo que se consideran los impactos
que la alianza tendrá en otras audiencias y procesos. Al enmarcar los resultados deseados de la alianza, los socios deben reconocer los supuestos relevantes, por ejemplo, la disponibilidad de recursos, la capacidad institucional y administrativa y los procesos codependientes como el escrutinio organizacional o la crítica política, así como los riesgos involucrados en la búsqueda de sus resultados. Un enfoque específico en los desafíos y resultados críticos puede estar en desacuerdo con un enfoque de ampliacobertura más abierto e inclusivo para el marco de resultados, lo que en sí mismo puede tener méritos de inclusión y recursos. Los socios también deben identificar los compromisos, además comprender y aceptar que siempre hay incertidumbre con respecto a los resultados deseados.
Estrategia 2: Establecer confianza entre los socios
La construcción de relaciones es esencial para las alianzas exitosas, a menudo comienzan mucho antes de que se establezca una alianza formal entre las partes interesadas y continúan mucho después de que la alianza haya terminado. Es muy valioso practicar la diplomacia dentro de las alianzas intergubernamentales y de la sociedad civil. Sin embargo, el tiempo de un proyecto o programa y el deseo de eficiencia y efectividad a menudo no se prestan al ritmo de aprendizaje de normas sociales y la adquisición de sensibilidad cultural que ayude a fomentar y construir la confianza de los socios.
Dentro de las alianzas para la sustentabilidad entre Estados Unidos y México, particularmente aquellas que involucran a representantes de comunidades indígenas, la interculturalidad (comunicación y competencia intercultural) es una capacidad clave. De particular importancia son las relaciones de las naciones nativas soberanas con los Estados Unidos y México, considerados como otros gobiernos. La visión de los pueblos indígenas sobre el desarrollo de metas y los objetivos en la construcción de alianzas, y las oportunidades para las comunidades nativas han sido históricamente marginadas, aunque a menudo ellos tienen una comprensión muy completa de los ecosistemas de la región fronteriza.
Como se señaló en el Capítulo 3, la participación de la comunidad y la diplomacia de ciudadano a ciudadano ayudan a generar confianza en un sentido más amplio. Si bien conectar a las agencias locales y gubernamentales con el sector privado puede resultar un desafío, las alianzas intersectoriales exitosas pueden ayudar a generar confianza pública. Desarrollar relaciones nuevas y benéficas entre las partes interesadas y los grupos de actores implica establecer un diálogo continuo y abierto, tener una estructura de alianza acordada (que a menudo implica un memorando de entendimiento formal) y crear procedimientos para la resolución de conflictos.
Estrategia 3: Equilibrar y organizar la dinámica de poder
Lograr y mantener alianzas exitosas de múltiples partes interesadas requiere la búsqueda de interacciones “horizontales” entre socios que sean justas y transparentes. Esto puede significar un liderazgo rotativo, incluso si los socios varían en tamaño, fortaleza organizacional, posición financiera y otras características clave. Abordar las asimetrías de poder entre los socios requiere una escucha activa, particularmente con las comunidades indígenas en la frontera, así como la conciencia de los riesgos diferenciales y responsabilidades para cada actor que participa en alianzas. Los planes operativos equitativos para la alianza deben tener en cuenta la capacidad organizativa de cada socio y la complementariedad de recursos y activos entre alianzas, así como garantizar que la toma de decisiones sea lo más equitativa y justa posible. También puede ser útil ver la influencia institucional y el poder social como fuerzas habilitadoras en la ejecución de la alianza. Las alianzas pueden surgir en contextos en los que los recursos financieros están controlados por unos pocos actores; que las asimetrías sean un obstáculo depende de cómo se gestiona la alianza y de los niveles de confianza interpersonal que exista entre los socios.
Estrategia 4: Establecer una estructura de gobierno estable
La adopción de estrategias para alianzas efectivas requiere una estructura colaborativa altamente flexible y adaptable que incorpore una sólida toma de decisión y una acción orientada a objetivos. El enfoque general requiere un fuerte apoyo de liderazgo para articular y perseguir metas a corto, mediano y largo plazo que establezcan las expectativas de las partes interesadas para la efectividad de la alianza. La gobernanza adaptativa de las alianzas de múltiples partes interesadas implica la adopción de enfoques iterativos para el seguimiento, la evaluación y la interpretación de los resultados. Esto puede requerir descartar o modificar significativamente las expectativas originales, las metas, los impactos proyectados y los beneficios internos y externos de la alianza. Boyle y sus colegas (2001) sugieren que este tipo de gobernanza transformadora es el proceso de focalizar continuamente los beneficios (y valores) colectivos mientras se responde a y se resuelven los compromisos en la búsqueda del desarrollo sostenible.
El complejo contexto de sostenibilidad en la región transfronteriza de Estados Unidos y México puede causar brechas en la gobernanza, en las que las partes interesadas confunden los desafíos con los actores (Bergsten et al., 2019), atribuyendo la responsabilidad de ciertos resultados a instituciones o individuos que pueden tener poco control sobre las circunstancias. La comunicación abierta, el compartir experiencias análogas y la identificación colaborativa de respuestas pueden mitigar estas situaciones.
Estrategia 5: acordar una definición de eficacia de la alianza
Para que las alianzas tengan éxito, es esencial haber identificado los resultados y los compromisos mutuos de los socios para lograr estos resultados. A pesar de las similitudes en la frontera entre Estados Unidos y México, las partes interesadas de las ciudades, industrias y una variedad de organizaciones en cada país invariablemente tendrán perspectivas diferentes, potencialmente contradictorias, sobre la efectividad de la alianza. El proceso colectivo de definir objetivos y actividades específicos puede requerir la cogeneración de conocimientos entre los socios. En particular, las alianzas deben esforzarse por desarrollar una teoría del cambio (Taplin et al., 2013) para el desarrollo sostenible, identificando obstáculos y vías de progreso, y reuniendo a los defensores dentro y fuera de la alianza. El aprendizaje institucional (cómo las alianzas incorporan el éxito y el fracaso) se basa en mecanismos iterativos de seguimiento y evaluación. Es posible que los socios no siempre estén de acuerdo con las metas, los objetivos, las actividades, los indicadores, los supuestos subyacentes y los productos (Perz, 2019). Sin embargo, cuando esto conduce a una “discontinuidad en la acción o la interacción” (Akkerman y Bakker, 2011), los líderes de la alianza pueden iniciar un entorno de aprendizaje, siguiendo las teorías de cambio que requieren la participación individual y comunitaria. Si bien los resultados deseados pueden evolucionar, el compromiso mutuo, la comunicación abierta y un proceso confiable de realización de actividades conjuntas pueden garantizar que la evolución de la alianza atraiga a todos los socios. Agregar explícitamente pautas para el cumplimiento de los socios con los objetivos y actividades de la alianza, así como el uso de herramientas prácticas para la toma de decisiones, puede ayudar a legitimar la alianza. Todos los socios deben participar en el logro de los objetivos de la alianza.
Estrategia 6: Desarrollar metas a corto, mediano y largo plazo
Las estrategias de alianza se pueden implementar en varios marcos temporales. Si bien el desarrollo sostenible es un objetivo a largo plazo, su consecución requiere esfuerzos constantes a corto y mediano plazo, que se mejorarán mediante iniciativas basadas en alianzas como las que se detallan en este informe. Es posible que las alianzas deban centrarse en actividades de importancia táctica a corto plazo, al mismo tiempo que articulan y persiguen el éxito acumulativo a más largo plazo. A veces, la “eficacia” a los ojos de las partes interesadas involucradas puede implicar que una alianza tenga que excluir a ciertos actores. Por lo tanto, puede haber un compromiso entre la efectividad y la inclusión, lo que sugiere que el éxito a menudo es de corta duración y puede ser visto de manera muy diferente
por las partes interesadas que son externas o que han sido excluidas de la alianza. Las alianzas eficaces requieren de una estrategia que tome en cuenta el momento adecuado y la secuencia de las tareas de los socios colectivos e individuales. La reevaluación periódica de la secuencia de tareas puede aumentar la probabilidad de lograr objetivos a corto plazo. De manera similar, las alianzas efectivas requieren flexibilidad en el tiempo y la secuencia de los objetivos a mediano plazo para alcanzar metas de desarrollo sostenible más amplias.
Estrategia 7: Establecer pautas para la evaluación de alianzas
Hay tres medidas clave para evaluar las alianzas: proceso (formación de alianzas, establecimiento de objetivos, definición de los roles de las partes interesadas y realización de actividades de alianza); gobernanza (flexibilidad, equidad, responsabilidad, capacidad de respuesta, transparencia y coherencia entre socios y partes interesadas externas); y resultados (resultados en relación con las metas y los factores tangibles asociados que surgen de las actividades de la alianza). Estas medidas clave se basan en las características centrales de la alianza para la sostenibilidad identificadas en el Capítulo 2, a saber, participación, colaboración (con rasgos adicionales de inclusión y liderazgo), y conocimiento y su coproducción. Los criterios de proceso, gobernanza y resultados se entrelazan con principios para alianzas efectivas, principalmente, principios para guiar la transformación institucional, el poder social y político, el conflicto, la comunicación y el liderazgo.
Las pautas del proceso para alianzas efectivas comienzan con la forma en que se logran metas claras, con los participantes y las partes interesadas externas definiendo conjuntamente las funciones y responsabilidades que perseguirán y, cuando corresponda, modificando las metas. Tanto los medios formales como informales de participación son importantes, aunque cada uno debe ser entendido, monitoreado y promovido de manera distinta. Por ejemplo, en la pandemia, la participación informal ganó prioridad temporalmente. Es esencial que los participantes y líderes de las alianzas conozcan y busquen promover la equidad a través de la justicia procesal para incorporar y abordar las necesidades de los actores y grupos menos dominantes. Las formas latentes y abiertas de conflicto interno pueden desestabilizar tanto las alianzas emergentes como las establecidas si no se aprovechan como una fuerza para un cambio positivo, por ejemplo, cuando trámites legales de las comunidades indígenas se utilizan para hacer valer los derechos sobre los recursos. La elección de enfoques de liderazgo y el establecimiento de controles y contrapesos son de importancia crítica, en términos de proceso, cuando los propios líderes están involucrados en, o pueden ser la causa de, un conflicto. Estas dos pautas finales del proceso,
navegar por el poder y el conflicto, son también, en última instancia, desafíos de gobernanza.
Las pautas de gobernanza incluyen flexibilidad y capacidad de respuesta, especialmente la capacidad de producir estrategias cualitativamente diferentes para diferentes enfoques de los objetivos, actividades y resultados de la alianza. La coproducción dentro de las alianzas (entre miembros y liderazgo) y para las alianzas con partes interesadas o socios externos influye en la calidad de esas alianzas, en las iniciativas que persiguen y en las comunidades de práctica más amplias que construyen y mantienen. Las pautas de gobernanza adicionales para las alianzas implican el establecimiento y mantenimiento de políticas y procedimientos, incluidos (cuando sea necesario) acuerdos legales, que mejoran la transparencia y la previsibilidad, así como también mejoran y garantizan la coherencia de las políticas y los objetivos institucionales. Las pautas de resultados para una alianza, es decir, el grado en que los resultados y los impactos se generan, se mantienen y son equitativos, son quizás la mejor señal para los mandantarios o actores externos de que las alianzas son efectivas.
Dado el enfoque de este estudio en las ODS 17, una apreciación más matizada de las necesidades locales y los indicadores específicos del contexto del conjunto de las ODS es una consideración importante. Por ejemplo, las alianzas de gestión del agua en la región binacional son de importancia crucial para mejorar la seguridad hídrica en esta región árida y semiárida, que enfrenta la creciente demanda de agua para las necesidades humanas y de los ecosistemas. Las consideraciones clave adicionales para los resultados de la alianza incluyen recursos, tanto materiales como financieros, así como capacidades. Las habilidades de las alianzas para movilizar y generar resultados tales como el intercambio de conocimientos, la experiencia, las tecnologías y los recursos financieros son fundamentales para su búsqueda de lograr el desarrollo sostenible a nivel local, en la región binacional y a nivel mundial.
REFLEXIONES FINALES
Los desafíos de sostenibilidad que se abordan a través de alianzas binacionales no son exclusivos de la región fronteriza México-Estados Unidos. Sin embargo, se ponen de relieve como resultado del contexto social y político de esta región, sus historias entrelazadas, su diversidad cultural, geográfica y ecológica, y su vulnerabilidad climática compartida e interdependencia comercial. De hecho, una estrategia clave para la eficacia de las iniciativas basadas en alianzas es el reconocimiento y el aprovechamiento de los desafíos y oportunidades que presenta la diversidad y complejidad de la región.
El desarrollo sostenible en la región fronteriza México-Estados Unidos implica un cambio incremental a través de una variedad de factores interdependientes. El cambio transformador solo será posible a largo plazo a través de un enfoque integrado, basado en pasos a corto plazo. Un enfoque integrado a mediano plazo requerirá esfuerzos de alianza no solo para salvaguardar las características únicas de la región, sino también para mantener las propias alianzas. Mantener la participación, la colaboración y el fomento de la confianza, el compromiso con los objetivos de la alianza y la persistencia con flexibilidad en respuesta a las condiciones cambiantes son características de la alianza que pueden fortalecerse mediante la creación de capacidad y de capacitación, así como mediante el intercambio de lecciones aprendidas y apoyo mutuo entre alianzas. La clave para mantener las alianzas es mantener un proceso de aprendizaje continuo, retroalimentación e innovación organizacional que aproveche las nuevas tecnologías y plataformas de comunicación, involucrando a socios que históricamente han sido marginados y aprovechando el entusiasmo y el conocimiento de los jóvenes. En algunos casos, se requieren compromisos como excluir a ciertos actores que pueden ver el éxito de manera diferente a otras partes interesadas. En estas situaciones, las alianzas deben centrarse en la eficacia del proceso para alcanzar metas a corto y mediano plazo en lugar del éxito idealizado a largo plazo.
La construcción de una visión compartida internamente entre los socios y externamente con las partes interesadas requiere un esfuerzo intencional y no se puede dejar de lado ni minimizar. El liderazgo como una competencia central de gobernanza implica identificar y perseguir objetivos comunes, navegar por dinámicas de poder y resolver conflictos (o aprovechar las diferencias para un cambio positivo) y comunicarse interna y externamente. Por último, los recursos humanos, financieros y materiales deben movilizarse, desplegarse y, a menudo, conservarse continuamente, tanto para la eficacia de la alianza como para la búsqueda más amplia del desarrollo sostenible.
REFERENCIAS
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